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Conocer el pasado para acelerar el futuro

La cuarta revolución industrial y las ciudades inteligentes.

Las revoluciones industriales han sido procesos de profundas transformaciones que han marcado un antes y un después en la historia de la humanidad.

La primera revolución industrial surgió en el año 1784 con la mecanización de los procesos de producción y la llegada de las máquinas de vapor. Durante este periodo se vivió el mayor conjunto de renovaciones económicas tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad desde el periodo neolítico; se pasó de una economía rural basada en la agricultura a una economía industrial y mecanizada.

La segunda revolución industrial ocurrió con el desarrollo de la electricidad en 1870, la invención del teléfono en 1876 y el desarrollo del automóvil en 1885, esta se extendió hasta el comienzo de la primera guerra mundial.

El desarrollo de la electricidad supuso el poder trabajar por las noches, logrando generar diversos turnos de trabajos y sobre todo incentivando la producción en masa. En 1908 Henry Ford comenzó a crear coches en una cadena de montaje con un sistema totalmente innovador era el comienzo de consumo de masas.

La tercera revolución industrial comienza en los años 60’s y se basa en la tecnología digital, el uso masivo de computadores y el crecimiento exponencial de internet que pasó de ser una red militar a conectar prácticamente todo, convirtiéndose en un elemento imprescindible de la vida diaria.

La cuarta revolución industrial está ocurriendo incluso cuando la tercera no ha finalizado, es como si ambas revoluciones se fusionaran en una por ello los factores que provocan cambios y modificaciones son cada vez más grandes e inmediatos.

Esta cuarta revolución industrial supone una combinación del poder de la programación en las computadoras y de la conectividad extensiva a casi cualquier dispositivo en el mundo; la conectividad total unida a la inteligencia artificial combinada con el internet de las cosas la robótica la impresión 3D y la conducción autónoma son las claves en este proceso.

Esta última tiene su origen en la feria de Hannover en el año 2011, se caracteriza por ser diferentes a todas las demás ya que cuenta con un amplio rango de nuevas tecnologías que están siendo capaces de fusionar el mundo físico, digital y biológico, de esta manera podrá ser capaz de cambiar de forma drástica el sistema de producción, esto provocará una mejora en la economía de millones de personas y aumentará la calidad de vida como nunca antes había ocurrido.

Las ciudades inteligentes son aquellas que utilizan el potencial de la tecnología y la innovación, junto al resto de los recursos, para promover de manera más eficiente un desarrollo sostenible; mejorando así la calidad de vida de sus ciudadanos. El internet de las cosas, el big data, aplicaciones móviles, entre otros, mejoran el funcionamiento de las ciudades. En este sentido, una ciudad puede gestionar la tecnología para mejorar la vida de las personas y más concretamente, para conseguir beneficios tales como:

  • Gestión del tránsito peatonal / vehicular / ciclistas.
  • Gestión de seguridad ciudadana a través de video vigilancia.
  • Planes de reacción para promover seguridad ciudadana.
  • Optimización de los servicios públicos.
  • Contribuir a la mejora del medio ambiente.

Para concluir, el progreso tecnológico se está convirtiendo en una herramienta muy valiosa e indispensable para contribuir con el desarrollo de la humanidad, son muy apreciadas y de alto valor las ventajas que podría ofrecernos el desarrollo de ciudades inteligentes para nuestros países.

Imaginemos nuestras ciudades con una excelente fluidez en la circulación de las vías principales, los servicios de emergencia “(policías, bomberos, hospitales, entre otros)” compartiendo “datos / imágenes” información en tiempo real al momento de detectar los incidentes, herramientas eficientes ajustadas a los tiempos de reacción para solventar incidentes, optimización de los recursos como alumbrados inteligentes y muchas cosas más. Por tal motivo debemos prepararnos y adaptarnos a estas nuevas tecnologías esperando así alcanzar una mejor calidad de vida de los ciudadanos.

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